La
palabra “esotérico” es una voz derivada del griego ‘esotéricos’, que significa “interno”, “recóndito”. Esotérico es,
por lo tanto lo que se oculta a aquellos que no pueden o no saben ver más allá
de los órganos sensorios, es decir, lo que se oculta a la gente en general.
Solo pocas personas especiales en cada raza humana y época han podido ver y comprender
verdades que han permanecido ocultas a la mayoría. Estas almas especiales (el
término ‘especial’ se relaciona a los ‘pocos’ que eran, no a la esencia, ya que
en ‘la esencia’ todas las almas son especiales) eran los Iniciados en los
misterios de la vida.
En
contraposición a lo esotérico, que es lo oculto, lo interno y reservado a los
pocos que pueden entender, está lo ‘exotérico’, que es lo contrario, es decir,
lo que es de público conocimiento, lo externo y superficial.
Las humanidades de las
razas precedentes y la actual, la Aria, en su mayor parte, viven una vida en lo
superficial, en la apariencia, es decir, una vida basada en lo sensorio y en
los deseos materiales; por lo tanto todo el conocimiento que necesitan estas
almas para vivir es superficial, exotérico, no profundo, ya que para seguir sus
deseos no necesitan de profundizar en los misterios más recónditos de la
existencia…, se conforman con saber poco, y se contentan con tener el terreno
libre para cumplir sus anhelos y vivir sus sueños. Esto no es malo, es
simplemente una forma de vida acorde a cierto nivel de consciencia en el cual
están la mayoría de los seres humanos.
Por eso son pocos, comparativamente, los que se interesan por ir más
allá en la búsqueda de respuestas profundas de la existencia. Estos han sido
los ‘filósofos’ de la antigüedad, que iniciaban su búsqueda de los misterios de
la vida a través del pensamiento reflexivo, y terminaban (muchos de ellos) en
escuelas de misterios esotéricos que daban respuesta a sus más internos
interrogantes. Por eso no nos equivocaremos si afirmamos que la verdadera
filosofía, cuando nace en el interior del alma, es un primer paso hacia el esoterismo, es decir, hacia ‘lo
interno’, ‘la esencia’, ‘lo recóndito’ de la Vida.
El conocimiento esotérico,
es decir, aquello que es un saber que es misterio para la mayoría, primero se
estudia reflexivamente y con pensamiento analógico (“como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”, principio
hermético de correspondencia) pero más tarde, lo estudiado reflexiva y
analógicamente, debe ser corroborado por el mismo estudiante, y esto lo
realizará con el despertar de las facultades latentes que le permitirán ver,
percibir y reconocer aquellas verdades que antes estudió y entendió en su
mente. Es como el viajero que antes de emprender un largo viaje estudia el mapa
que deberá recorrer, observa en el plano los accidentes del terreno, las
señales, los peligros marcados, las curvas, los cruces y todo tipo de señal…,
estudia el mapa y medita y reflexiona en su viaje antes de emprenderlo. Una vez
que lo ha estudiado en detalle alcanzando el conocimiento adecuado y necesario,
emprenderá el viaje y descubrirá en forma experiencial y por sí mismo, y no
pocas veces verá que el mapa, aunque ha sido de gran ayuda, no lo ha dicho
todo, pues muchas cosas se aprenden transitando.
La Humanidad ha recibido,
a través de Instructores preparados (Iniciados) enseñanzas (‘mapas’) sobre la
parte oculta o invisible de la Vida, sobre sus Leyes suprafísicas, y sobre la
vida más allá del planeta Tierra y de lo conocido por la ciencia empírica.
Estos Instructores dejaron huellas en la Humanidad y en ocasiones escribieron
textos (a veces a través de discípulos) sobre el saber de lo invisible y lo
oculto. Estos textos forman parte de la literatura esotérica.
La preparación del Hombre
hoy es ‘estudiar el mapa’ (textos esotéricos serios y confiables) para que,
cuando llegue el momento adecuado, pueda comenzar ‘el viaje’ consciente del
alma hacia el descubrimiento de las regiones inexploradas de su naturaleza, que
en su viaje explorará y conocerá. Ese momento, el del ‘viaje’ (en sentido
figurado…) hacia las regiones desconocidas, aún no ha llegado para la
Humanidad, pero en cambio sí es el momento, para un grupo de almas, (aunque aún
un grupo comparativamente menor del total de la Humanidad), de estudiar el
‘mapa’ de lo esotérico.
El actual es un tiempo de
estudio, para comprender el ‘mapa’ esotérico, lo cual no es simple, si se
quiere hacerlo bien. Esta labor lleva muchas veces vidas enteras de estudio, es
decir, que el alma debe reencarnar muchas vidas ,y en cada vida retomar el
estudio filosófico-esotérico interesándose por ir profundizando cada vez más,
para ir sumando entendimiento en su conciencia, antes de que finalmente pueda
emprender ‘el viaje’, que significa ‘experimentar directamente’ lo oculto.
Lo dicho es un concepto
básico para entender un proceso de evolución de la conciencia, el cual la Humanidad está atravesando (en
parte). Se dijo que es tiempo de estudio
y reflexión, pero hay que aclarar que no todo lo esotérico es tan solo
estudio teórico, ya que, si bien gran parte de lo que es estudiado en textos
esotéricos aún no pueda ser comprobado a ciencia cierta y en forma directa
(aunque sí como destello de ‘confirmación intuitiva’), existen conocimientos
que sí son comprobables y aplicables a la vida diaria. El conocimiento de la
ley de causa y efecto (karma) y de la ley de renacimiento o reencarnación, (por
nombrar solo 2, de las más populares), con el aditivo de la atenta autoobservación
y la observación de los acontecimientos de la vida, puede traer comprensión del
por qué de muchos eventos y de su correlación. El grado de esta comprensión
dependerá de cada estudiante. Cuando esta comprensión se va profundizando, el
estudiante va aprendiendo a ver ‘qué hacer’ y ‘qué no hacer’, conforme a su
comprensión adquirida de tales leyes. Por lo tanto, si bien parte del
esoterismo conformará aún un bagaje de conocimientos teóricos, (aunque útiles
para entender esquemas mayores), otra parte del conocimiento esotérico se verá
que sí es aplicable aquí y ahora. Pero volvemos a decir, que la
aplicabilidad dependerá del avance de cada estudiante.
Hay que entender que el
camino del esoterismo no es un sendero de puras teorías fantasiosas o imaginativas,
como lo ven quienes aún ven superficialmente, sino un estilo de vida con
profunda espiritualidad y compromiso con la Vida. Quien así lo entiende está en
el sendero del esoterismo, que
desemboca más adelante en el ocultismo.
La palabra ocultista, si bien
está emparentada con la palabra ‘esoterista’, no significan exactamente lo
mismo. El término ‘ocultista’ fue empleado por primera vez por los cabalistas
franceses (véanse las obras de Eliphas Levi, del siglo XIX).
“La palabra ocultismo
deriva de la voz latina occultus,
‘oculto’ o ‘secreto’, y por lo tanto se aplica al estudio de la cábala,
astrología, alquimia y todas las ciencias arcanas en general”; (Glosario Teosófico). Lamentablemente
este concepto degeneró y se empleó para designar las artes de ‘magia baja’
(magia negra y gris) y todo tipo de rituales y psiquismo con base en la total
ignorancia de las Leyes de la Vida. Por lo tanto, tomando en cuenta la
degeneración de la palabra, podríanse admitir ‘categorías’ de ocultismo: el ‘ocultismo blanco’ y el ‘ocultismo negro’, siendo el primero el de la mano derecha, que se dedica a
cumplir la Voluntad Divina, y el segundo el de
la mano izquierda que trata de obras egoístas contrarias a las Leyes y al
Plan Divino del Universo (es lo conocido popularmente como hechicería). Existe
un ‘ocultismo gris’ que consiste en
una combinación de los otros dos, con móviles mixtos, que muchas veces confunde
a los estudiantes principiantes. El ‘ocultismo gris’ engaña al principiante con
bellas teorías y conceptos de sabiduría, aunque en general poco profundos y/o
deficientes, justificando además la práctica de ciertas artes de psiquismo con
marcada influencia de egoísmo (aunque quienes lo hacen muchas veces no lo ven,
procediendo así por su ignorancia, y pensando que están en el sendero
correcto).
El ‘ocultismo gris’ está
muy presente en ese movimiento llamado “New Age” (Nueva Era) del siglo XX. En
esta ‘categoría intermedia’ (y no deseable para ningún estudiante) entra la
adivinación, la astrología futurista (no confundir con la astrología esotérica,
o astrología del alma), la mediumnidad, el espiritismo, e inclusive la ufología
con interés solo fenoménico.
El ‘ocultismo blanco’ lo
conocen verdaderamente solo los Iniciados y Adeptos de las Hermandades de la
Luz. Un verdadero ocultista no actúa jamás por deseo o designio propio, sino
impulsado por servicio al Logos, y jamás espera recompensa personal por su obra.
Por eso solo es un verdadero ocultista (o sea, ‘blanco’) quien ya se ha
liberado de la ilusión del yo, del fantasmal ego. Mientras esto no ocurra
verdaderamente, todos somos estudiantes bajo el sol… ; y ese camino, el del
estudio, es el esoterismo.
La diferencia pues, entre esoterismo y ocultismo es que el primero es como una introducción al mundo
invisible de las causas, a través del paciente estudio, la observación, y la
comprensión práctica que esté al alcance del estudiante, mientras que el
segundo es para quienes, ya mucho más adentrados en el Sendero, no solo
conocen, sino que además practican la Sabiduría Oculta, y esto son los Adeptos.
Ya clarificados estos
conceptos, y sabiendo que el sendero posible hoy para un grupo de almas ya
preparadas en la Humanidad es el Esoterismo, surge la siguiente pregunta:
¿Cuál es el primer paso
hacia el esoterismo?
Respuesta: “EL
AUTOCONOCIMIENTO”.
El autoconocimiento
físico, psicológico y espiritual es el primer paso, y podríase decir, si se
comprende bien, que “allí comienza y termina todo”, (esta última es una forma
de expresión, ya que nunca finaliza…).
El autoconocimiento comienza
con la noción de individualidad y con el estudio de la constitución de la
Individualidad humana. Esto requiere, no solo de estudio a través de textos que
enseñan la constitución física y metafísica humana, sino de la autoobservación.
Pero conforme la comprensión filosófica-esotérica avanza, y entrando cada vez
más en la idea de la UNIDAD, el hombre comienza a entender que el
AUTOCONOCIMIENTO va más allá de la propia individualidad, siendo: ‘el
conocimiento mismo del Gran Universo’.
Si se reflexiona en lo
dicho se podrá entender por qué decíamos que “allí comienza y termina todo”. El Autoconocimiento, esotéricamente
entendido, no tiene límites, ni fin…
Ahora
bien, ¿por qué se ha considerado históricamente a lo esotérico como algo que
debía ocultarse…, algo que debía guardarse solo para unos pocos…?
Lo esotérico, los
misterios de la vida, en realidad se ocultan del profano porque este no tiene
ojos para ver más allá, no posee el entendimiento requerido, ni capacidad
intelectiva de abstracción, (además de la falta de interés), para abordar esos
temas tan filosóficos y metafísicos. Si vemos esto, es fácil entender el dicho
que dice que “el Conocimiento se oculta a
sí mismo”… Pero, siendo esto así, uno puede llegar a preguntarse: ¿Por qué
entonces, si el conocimiento se oculta a sí mismo del profano, se creaban en el
pasado (y aún hoy las hay) escuelas de misterios reservadas a pocos, y a nadie
más se revelaban tales conocimientos?
Existen varias razones, y
veremos algunas. Quien conoce la naturaleza humana sabe que el hombre es
naturalmente miedoso de lo desconocido, y ante conocimientos que desafíen sus
estructuras de seguridad psicológica el ser humano muestra habitualmente un
comportamiento agresivo y hasta violento; se defiende de lo que no conoce, por
miedo a que desafíe sus estructuras internas; (es un miedo inconsciente y
visceral). Esto se ha comprobado muchas veces a lo largo de la historia. Por lo
tanto, es sabio no escandalizar a los que no están preparados, ni quieren, ver
más allá… Además, en casos incidentales donde se han revelado conocimientos
ocultos a las masas cuando no era ‘la hora’ para que esto ocurra, lo que en
contrapartida se ha recibido mayormente es burla y ridiculización. De allí el
sabio dicho: “no hay que tirar perlas a los cerdos” por que las pisotearán…
Otra razón es la oposición
que fuerzas siniestras manifiestan a la revelación de las Verdades Eternas, por
que tales fuerzas no desean que el ser humano sea LIBRE espiritualmente; no
quieren que el hombre sea libre porque se alimentan del dolor y la ignorancia
humana. Por lo tanto, solo ‘cuando hay que hablar’ y dar a conocer algo
verdaderamente, es lícito hacerlo, enfrentando las oposiciones que surjan. Esto
lo saben los discípulos preparados.
En la segunda mitad del
siglo XIX H. P. Blavatsky comenzó una divulgación del Esoterismo en una forma
abierta como no se había hecho nunca antes en la Humanidad, pero lo hizo con el
permiso y la inspiración y guía de los Adeptos de la Jerarquía Espiritual. De
no ser así, no lo habría hecho. Esto ocurrió porque ya era el momento de que
así ocurra, debido a que había muchos miles de almas humanas esparcidas por el
mundo, ya preparadas para recibir conocimientos de la Sabiduría del Universo, y
eran tantas en número y proporción que ya no sería posible ‘instruir en
secreto’ (como antiguamente se hacía en grupos muy reducidos). De tal acción emprendida por H.P.B. surgieron
en décadas posteriores muchos movimientos de estudios esotéricos, como era
esperable que sucediera, pero en tanto que algunos de estos grupos eran serios
y bien encaminados, otros se transformaron en ‘ocultismo gris’, perdiendo el
sentido y dirección de la verdadera Enseñanza Esencial. Por eso hoy, trabajar
para que las almas encuentren el sendero real, sin desviarse, es lo más
importante. Este es el sentido de estas reflexiones.
Hasta pronto, amigos.
Alexis B.
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